Contigo agarré el vicio del chicle,
cosa que había dejado hace años.
Aprendí a dormir pecho a pecho en un sofá
sin sofocarme.
Tomé cerveza,
caminé a tu lado,
me sentí - por primera vez en años -
como una mujer plena.
Me trajiste pasión y dolor
en medidas exactas.
Me llevaste a correr,
a darle puños al aire,
a querer silenciar mi pensar.
Me hiciste adicta a tus labios,
al sonido de tu voz por teléfono,
y el olor de tu piel.
Me quitaste la habilidad de confiar.
Me enseñaste que puedo ser dura.
Fuerte.
Pero que todo es una fachada.
Y aunque cada día aparente estar un
poco mejor,
la verdad es que sigo reconstruyendo mi vida.
Que de vez en cuando pienso en ti,
en esos labios,
en dormir en el sofá,
y en el olor de tu piel.
Ya no me lleva la maroma de dolor,
pero aún corro, tiro puños al aire,
y trato de olvidar.
My Not So Seasonally Confused Sweater
19 hours ago
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