Reflection on my complete and utter exhaustion

Suspiro.
Respiro.
El corazón me pesa.
Duele respirar.
Lo que más quiero es dormir
para apaciguar este cansancio interminable.
Pero el sueño no lo calma
y esa pesadez persiste.
Suspiro.
Respiro.
Siento que el aire no pasa,
que en vez de sostenerme, me
atraganta.
Otro día más del jueguito,
del -sí señor,
de comprometer mi esencia de ser.
Suspiro.
Respiro.
Un aire contaminado
por los pecados del pueblo:
mi pueblo, el pueblo que me
ha rechazado, de los pueblos
que existen en proximidad
pero no en unidad.
Suspiro.
Respiro.
Esperando el día que esto se aclare,
que ya no me duela,
que no me canse
el respirar.
Respiro.
Suspiro.
El día aún no ha llegado.